Las uñas son estructuras corneas que crecen en el extremo de nuestros dedos y tienen una función protectora, una sensitiva (aumenta nuestra percepción de las cosas que agarramos) y una función cosmética.

Cuando una uña crece anormalmente dentro de la piel, es decir, cuando se entierra, genera una reacción de inflamación con dolor, aumento de volumen y calor local.  Puede secundariamente infectarse y agravar el problema.

Dentro de los tratamientos se indican antiinflamatorios, baños de agua caliente con sulfato de magnesio, cambio en el tipo del calzado. Si el médico diagnostica una infección le  indicará antibióticos.  Si el problema persiste puede ser necesario una cirugía para remover el fragmento de uña encarnada como se ve en la imagen de abajo.  Se extrae la raíz de la uña, de manera que esta  no volverá a tener el mismo tamaño. Esto se puede hacer  con anestesia local, pero debe realizarlo un profesional calificado, evite acudir a la persona que le pinta las uñas o hacerlo usted mismo.