Las fracturas de estrés son el resultado de una acción muscular repetitiva que  supera la potencia del hueso y su capacidad de remodelamiento normal. No existen antecedentes traumáticos y sí de sobreesfuerzo físico. La localización del dolor está relacionada con el tipo de actividad física realizada. Una de las más frecuentes es la fractura de marcha localizada en tercer o cuarto metatarsianos. Pueden presentarse en personas normales con un incremento de su actividad física o tras un estrés relativamente normal en un hueso patológico como se observa en la enfermedad de Paget, el hiperparatiroidismo, la osteoporosis, la artritis reumatoide y la radioterapia (son fracturas por insuficiencia).