Casi un cuarto de todos los huesos del cuerpo están en los pies, que brindan tanto soporte como movimiento. Un hueso roto (fracturado) en su antepié (metatarsiano) o en uno de sus dedos del pie (falanges) es muchas veces doloroso, pero en raras ocasiones es incapacitante. La mayoría de las veces, estas lesiones sanan sin tratamiento quirúrgico.

Las fracturas por sobrecarga son como pequeñas fisuras en la superficie de hueso. Pueden ocurrir con los aumentos súbitos en el entrenamiento, como correr o caminar distancias más largas o durante más tiempo; técnicas inadecuadas de entrenamiento; o cambios en las superficies de entrenamiento. La mayoría de los otros tipos de fracturas se extienden a través del hueso. Estas fracturas generalmente son resultado de un trauma, como dejar caer un objeto pesado sobre el pie o por una lesión de torcedura. Si el hueso fracturado no atraviesa la piel, se denomina fractura cerrada.

Síntomas de una fractura del pie:

Los síntomas más comunes de una fractura en el pie son dolor, hinchazón y, en ocasiones, moretones. Si tiene un dedo del pie fracturado, quizás pueda caminar, pero esto generalmente aumenta el dolor. Si el dolor, la hinchazón y la decoloración continúan durante más de dos o tres días, o si el dolor interfiere con la caminata, algo puede estar muy mal; consulte a un médico a la brevedad. Si retrasa la obtención del tratamiento, puede desarrollar dolor de pie persistente y artritis. También puede cambiar la manera en la que camina (su modo de andar), lo que podría provocar la formación de callos dolorosos en la parte inferior de sus pies u otras lesiones.